La primera planta de almacenaje y regasificación que se construyó en España fue la del Puerto de Barcelona, que data del año 1969. Ocupa una superficie de 160.000 m2.
Las instalaciones iniciales consisten en dos tanques de 40.000 m3, y el primer cargamento de 5.000 m3 (2.500 toneladas) llegó en el barco Aristóteles, procedente de Algeria.
La capacidad de almacenaje actual es de 540.000 m3 de gas natural licuado (GNL), y la capacidad de regasificación es de 1.800.000 m3/h de gas natural. En el muelle pueden atracar barcos de hasta a 80.000 m3.
España sigue a la cabeza de la Unión Europea tanto en número de plantas, seis, como en capacidad de almacenamiento de GNL y vaporización con el 38% y el 32% del total respectivamente. La capacidad total de almacenaje –sumada la de Barcelona– es de 2,2 millones de m3 de GNL de volumen de almacenamiento y 1.908 GW/día de producción, y una capacidad de emisiones de 4,1 millones de m3/h. Con un m3 de gas natural se pueden obtener unos 10,4 KWh de energía útil (42,6 millones de KWh o 42,6 GWh).
Durante el proceso de descarga de GNL de los barcos metaneros a los tanques y también durante el almacenaje, se produce la vaporización de una parte del gas natural licuado (boil-off). Este gas de boil-off es recuperado y tratado para evitar su emisión a la atmósfera.
El proceso se realiza comprimiendo y relicuando el gas vaporizado, y la devolución a los tanques de GNL. La cantidad de gas tratado de esta forma es aproximadamente el 1% de la totalidad del gas procesado en las plantas, es decir, unos 60 millones de m3.