Caudal ecológico

La periodicidad horaria o diaria de la demanda energética comporta fluctuaciones del caudal del río que alteran de manera significativa el ecosistema fluvial. Es decir, el caudal del río no depende del comportamiento natural del ecosistema fluvial, sino de la actividad humana. A menudo, el caudal que circula está por debajo del que se llama caudal ecológico, entendido como el mínimo de agua necesaria para mantener la diversidad de especies que habitan en un tramo fluvial, y que depende de las características de cada río.

Modificaciones bruscas sobre el nivel del agua afectan notablemente el desarrollo de algas hasta llegar a poder inhibir su crecimiento, a causa de la acción mecánica de la corriente. Así, para conservar la riqueza animal y vegetal de un río, se deben evitar cambios bruscos del caudal, y procurar mantenerlo siempre por encima del caudal ecológico.

Por este motivo en períodos de sequía, la producción hidroeléctrica se ve especialmente afectada, ya que los caudales de los ríos están muy por debajo de los límites deseables.