En él se produce el efecto fotovoltaico, consistente en la generación de un campo eléctrico, sin movimiento mecánico alguno, como consecuencia de la diferencia de potencial que se produce entre dos capas de un mismo material semiconductor (el silicio) dopadas convenientemente, cuando es expuesto a la radiación solar.
Atendiendo a la fabricación del silicio, los módulos pueden ser monocristalinos, policristalinos, amorfos, de capa delgada, etc.
Independientemente de la tecnología de fabricación, los módulos se caracterizan por su potencia pico (potencia nominal que entrega para unas determinadas condiciones de medida) y tensión nominal.
Lógicamente, la cantidad de energía eléctrica que puede entregar un módulo fotovoltaico depende de la radiación solar que incide sobre el mismo y de la temperatura a la que se encuentre, y su valor se corresponde con el producto de la radiación solar por la potencia pico del módulo.
Por tanto, todos los módulos producen la potencia pico que los define, estando implícito en el mismo su mayor o menor rendimiento según sea la relación de su potencia pico a la superficie de captación.
Por último, reseñar que los módulos fotovoltaicos han de cumplir la norma UNE-EN 61215 para módulos de silicio cristalino o la UNE-EN 61646 para módulos fotovoltaicos de capa delgada.