Los sistemas eléctricos están constituidos básicamente por los siguientes elementos:
Centros o plantas de generación donde se produce la electricidad (centrales nucleares, hidroeléctricas, de ciclo combinado, parques eólicos, etc.).
Líneas de transporte de la energía eléctrica de alta tensión (AT)
Estaciones transformadoras (subestaciones) que reducen la tensión o el voltaje de la línea (Alta tensión/Media tensión, Media tensión/Baja tensión),
Líneas de distribución de media y baja tensión que llevan la electricidad hasta los puntos de consumo.
Centro de control eléctrico desde el que se gestiona y opera el sistema de generación y transporte de energía.
Parámetros físicos
Las características físicas más importantes de un sistema eléctrico son la intensidad, la tensión y la frecuencia, que son estables para cada sistema.
La intensidad es la cantidad de cargas eléctricas que circulan por un conductor por unidad de tiempo, su unidad de medida en el sistema internacional es el amperio (A).
La tensión o voltaje es el trabajo que debe aplicarse para mover cargas eléctricas entre dos puntos, es decir, la fuerza que impulsa los electrones; su unidad de medida es el voltio (V).
La frecuencia es el número de veces que se repite la señal en un determinado tiempo; su unidad de medida es el hercio ohertz (Hz). En Europa tiene un valor de 50 Hercios -Hz-, mientras que en Estados Unidos y en Canadá es de 60 Hz.