La energía hidráulica es la principal fuente renovable del mundo, ya que la gran disponibilidad de agua permite obtener un rendimiento elevado. Actualmente, cubre cerca de un 20% de la demanda de electricidad mundial.
No obstante, según las condiciones meteorológicas, los caudales, la topografía, y el grado de desarrollo de los diferentes países, este porcentaje varía significativamente.
Los usos
Habitualmente, la electricidad que se genera en las centrales y minicentrales hidroeléctricas se vierte a la red general. Para las industrias de determinados sectores –químicos, siderúrgicos, papelera, textil, del cemento, etc.–, con un consumo elevado de electricidad, les resulta conveniente tener una central minihidráulica propia, ya que toda la energía es utilizada en el proceso productivo.
La situación ideal es una interconexión con la red eléctrica ya que mejora el equilibrio eléctrico entre producción y demanda de la instalación y permite vender el exceso generado durante las horas en que la central está parada.
En determinadas zona alejadas de la red general de electrificación, y en las cuales el coste de inversión y mantenimiento de la red de transporte y distribución resulta muy elevado, también es rentable –tanto económicamente como socialmente– construir una red local de electrificación que obtenga la energía de una central minihidráulica.
La implantación de una central minihidráulica puede dar suministro eléctrico a los habitantes de una zona aislada. En zonas con cultivos, pequeñas centrales minihidráulicas facilitan igualmente el riego.
Generación de electricidad
Actualmente, hay más de 36.300 grandes embalses en el mundo que almacenan unos 5.500 Km3 de agua. La producción mundial de energía hidroeléctrica supera los 2.000 TWh (2.000.000.000 MWh), lo que representa el 7% de la energía total. En España, hay unos 1.200 embalses, con una capacidad de unos 53.000 millones de m3. Es el segundo país del mundo en número de embalses, después de Estados Unidos. Algunas centrales tienen más de 40 años.
La energía hidráulica de Castilla y León se obtiene a partir de las corrientes de los ríos Alberche, Sil y Duero. En las cuencas de los ríos Duero y Ebro hay numerosas centrales hidroeléctricas, entre otras están las de Burguillo, Rioscuro, Las Ondinas, Cornatel, Bárcena, Aldeadávila I y II, Saucelle I y II, Castro I y II, Villalcampo I y II, Valparaíso y Ricobayo I y II.
A lo largo de la cuenca fluvial del Duero, con una superficie de más de 75.000 Km2, una serie de embalses situados en diferentes ríos forman todo el sistema de obtención de energía eléctrica. Los embalses más grandes son los de Ricobayo en el río Esla, con 1.143,3 Hm3 de capacidad y el de Almendra río Tormes, con 2.648 Hm3.