El almacenaje de los recursos energéticos permite garantizar el suministro abundante y regular de los consumidores, sobretodo en momentos de crisis debido a problemas políticos, económicos o comerciales entre los países exportadores y los consumidores. La cantidad almacenada ha de permitir mantener los niveles de consumo del país en cuestión durante un determinado período.
En una refinería, el parque de depósitos representa un gasto equivalente a la de procesamiento y tratamiento del petróleo, y exige una ocupación de terreno que puede suponer hasta un 70% del terreno disponible. El depósito de almacenaje llegan a tener capacidad de hasta a 150.000 m3 y una altura de 25 m, y pueden contener petróleo crudo o cualquier de los productos de su destilación. Los productos volátiles, como el petróleo crudo o las gasolinas, se suelen almacenar en depósitos especiales (llamados de techo flotante) a fin de llenado, así como los olores.
Es tan amplia la diversidad de productos obtenidos de la destilación del petróleo, y tantas las utilidades de cada uno, que ha sido necesario desarrollar una compleja red de sistemas de distribución para poderlos poner al alcance del usuario. Esto hace que las inversiones y las gastos de las operaciones de distribución sean actualmente muy superiores a las de una refinería. Si bien en algunos casos ciertos clientes que consumen grandes cantidades de unos determinados productos los reciben directamente de las refinerías a través de oleoductos, por regla general la distribución entre los puntos de refino y los de subministro se hace por carretera, ferrocarril o barcos mediante cisternas construidas expresamente para dar este servicio de la forma más eficiente y segura.
La utilización de cualquier derivado de petróleo viene condicionada a la utilización de instalaciones o aparatos certificados por las empresas suministradoras o por otras empresas acreditadas por la administración pública. Las agencias distribuidoras de hidrocarburos realizan visitas a los domicilios o a las industrias para verificar que las instalaciones son las adecuadas para el subministro del combustible gaseoso o líquido. En caso que la verificación haya sido positiva, entregan un certificado al propietario que le permite la utilización de su instalación.
La facilidad con la cual el transportista, almacena y utiliza el petróleo, es la principal razón por la cual los derivados del petróleo se han popularizado tan rápidamente y han conseguido ser el recurso energético de uso más común en todo el mundo.